Es fácil afirmar que no se equivoca el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial de la República de Colombia, cuando en su revista Ozono se refiere a los cambios climáticos en su expresión “...El balance ambiental de los últimos dos años (2004-2006) no podría ser más preocupante...”.
Junto con magnificas fotografías de James Balog, Tim Appenzeller intenta hablarnos sobre la excesiva rapidez del derretimiento de los Polos, producto del también veloz cambio climático conocido como “Calentamiento Global”, y que puede traernos consecuencias tan graves, como escases de agua para las personas que sobreviven en los lechos de las montañas obteniendo el recurso proveniente de los glaciales, o el desplazamiento de miles de personas que viven en las costas que se verían obligados a abandonar sus tierras al ser estas inundadas por un mar que posiblemente subiría alrededor de los 6 metros.
En su artículo, Tim nos habla desde como la nieve refleja la luz y el calor del sol evitando que se derrita el hielo, hasta como el hielo que se derrite en la superficie forma charcas que rompen y lubrican la base del hielo, carcomiéndolo y acelerando su movimiento al mar, creando mayor cantidad de iceberg, pero que al final son derretidos, incrementando el volumen de mares que podrían inundar cientos de kilómetros cuadrados, como gran parte de la Florida o los Países Bajos
Resultan alarmantes las consecuencias que un deshielo total ocurriese, y mucho peor, la premonición de que no necesitaremos de mucho tiempo para verlo, a tal manera de que un glacial de Islandia perdió más de 60m de hielo en su frente en un solo verano del 2006. Es de verdad impresionante ver las fotos anexas al artículo que muestran como, en sólo seis meses, un paisaje totalmente congelado, se convierte en una triste acumulación de rocas, piedras y desierto.
Y puede ser aun más grave, mientras el tiempo pasa sin que la gente tome conciencia. El Doctor Dan Fagre escalando hasta la cresta en el Parque Nacional de Montana exclamó “¡Caramba! Toda esa zona ha desaparecido” Legaremos a tal punto, que muy pronto, alguno de nuestros descendientes llegarán de nuevo esa cima y exclamarán: “¡Caramba! cuanto daría por haberlo visto”
Ilsa M3
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