El Museo de Arte del Banco de la República
en Bogotá el pasado mes de Abril del 2014 abrió sus puertas a “FORTUNA”, la primera
exposición monográfica dedicada a la obra del artista en Suraméricano William
Kentridge.
William Kentridge es un artista de 59 años
de edad de Johannesburgo (Sudáfrica) reconocido por sus collages, dibujos,
grabados y películas animadas basadas en dibujos al carboncillo que tratan de
mezclar lo político, lo social, la historia, lo poético y lo estético en un
solo mensaje que tiene sus raíces en la historia del Apartei y de Sudáfrica.
El Apartei fue un sistema aplicado en
Sudáfrica y Namibia que separaba física e ideológicamente según la raza a las
personas para conservar el poder de la minoría blanca sobre la mayoría negra.
Esta segregación racial, la violencia y el dolor que trajo consigo son parte de
la obra de Kentridge, dándole a la misma un toque de reclamo y de evidencia en
pro del recuerdo y de la expresión artística
Fortuna
La exposición presentada en el Museo de
Arte del Banco de la República de Bogotá presenta varias obras de William
Kentridge desde finales de los años ochenta hasta el momento, resaltando la
idea de Kentridge de la “obra inacabada” o el “arte en continua mutación”;
puesto que un grabado pensado para acompañar una obra de teatro se puede
convertir en un dibujo a carboncillo que terminará como una película animada.
Kentridge acoge como su principio
orientador la noción de “fortuna”, un concepto relacionado normalmente con la
suerte y con el destino, que para el artista representa “algo distinto al frío
azar estadístico, pero fuera del rango de control racional”. De esta manera el
arte adquiere una continua transformación y movimiento y las diferentes
disciplinas artísticas como el arte, el dibujo o el grabado se alteran
mutuamente y sus fronteras se mezclan. Así, aunque para el espectador la obra
sea un producto acabado, en realidad esta sigue construyéndose indefinidamente
“Fortuna sugiere también una celebración de
la excentricidad que no es adversa al compromiso político: “Esta dependencia de
la ‘fortuna’ en la creación de imágenes o textos, refleja algunas de nuestras
formas de existir en el mundo, incluso fuera del ámbito de las imágenes y los
textos»” (Tone, 2014)
Este singular proceso creativo de Kentridge se evidencia a través de toda la exposición,
ni siquiera hace falta entrar a la primera sala para visualizar algunas de las
animaciones de Kentridge a través del pasillo que lleva a la primera
sala, y, comprobar, luego de haber
entrado a la primera sala, que esas animaciones son un proceso inacabado, y que
existe una continua interrelación entre los diferentes medios artísticos que
usa.
De ese modo, puede uno observar en la
primera sala, grabados y dibujos a carboncillo, y luego cómo esas obras que
parecen acabadas, se vuelven solo un fragmento en los video artes que se
reproducen sin fin en los espacios designados al lado y lado de la exposición,
cómo pequeñas piezas escultóricas de hierro se convierten figurativamente a
través de sus sombras proyectadas sobre una pared, en personajes de un video
arte titulado “Procesión de sombras”, y cómo estas mismas sombras se convierten
en parte del ícono de la exposición.
El arte que se construye indefinidamente
El arte que cuenta: “Ubu Tells the Truth”
Entre las obras más emblemáticas de la
exposición de “Fortuna” se encuentran “Cargueros y sombras” por ser el
principal representativo de la exposición, y el video arte “Ubú cuenta la
verdad” un corto memorable debido a su intensidad.
“Ubú cuenta la verdad” es una animación
oscura, con un trasfondo político e histórico de peso, y de alta violencia
disipada en medio de una música movida y unos dibujos sencillos que dan la
apariencia de contar una simple historia para niños, pero que en realidad,
narran sobre la violencia que generó el Apartheid a mediados de los años
70 y 80, y de la censura que sufrían los
medios de comunicación.
La obra tiene una narración circular, que
empieza con un ojo que lo ve todo, pero muta, y cambia de forma constantemente,
mostrando a través de ironías las torturas, la política y el sufrimiento de una
de las épocas más oscuras de la historia Sudafricana y del mundo.
Este video expresionista, es también una
evidencia de ese arte de construcción infinita que William Kentridge sugiere.
El material de esta película fue en un principio una serie de grabados que se
trasformaron en líneas para la proyección de fondo en una la obra de teatro
“Ubú y la comisión de la verdad” donde se combinan diferentes técnicas y
lenguajes teatrales, como títeres, actuación en vivo, música, animación y
documental. En esa obra Ubú es un policía para quien la tortura, el asesinato,
el sexo y la comida son todas variaciones de un único y vulgar apetito transportando
al público a las audiencias de la Comisión para la verdad y la Reconciliación
de Sudáfrica
Para William Kentridge el valor de este
proceso es de gran magnitud, puesto que según el artista no se hubiera logrado
el giro formal que combinara el estilo grotesco y la seriedad de los textos de
los archivos de la Comisión para la verdad y la Reconciliación de Sudáfrica, si
solo estuviese pensando en hacer una película.
Bibliografía
Tone, L. (11 de Abril de 2014). William
Kentridge: Fortuna. Obtenido de Museo de Arte del Banco de la República:
http://www.banrepcultural.org/bogot/evento/william-kentridge-fortuna-0
1 comentarios:
Amé esta exposición artística.
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