2011/06/08

Reportando desde lugares de riesgo


Conferencia "Cubrimiento en zonas de conflicto y desastres"


“Lo que los va a salvar es la pasión que ustedes mismos tienen por este trabajo y por este oficio; y eso los va a llevar de un punto a otro"


El pasado 30 de Abril se realizó en el Club Santa Marta una conferencia auspiciada por la Escuela de Comunicación de la Sergio Arboleda donde el famoso periodista inglés Karl Penhaul entabló una conversación con los estudiantes de Comunicación Social sobre su experiencia como corresponsal de guerra de CNN Internacional reconocido por cubrir noticias como las guerras en Irak y Afganistán, y desastres naturales como el terremoto de Haití

Durante la conferencia el periodista jocosamente le insistió a los de primer y segundo semestre que aún tenían la oportunidad para decidir si estudiar Comunicación Social y convertirse en periodistas era lo que verdaderamente deseaban, pues según él, “el periodismo es una carrera de sufrimiento y mal pago; donde no hay caminos, por lo que tienes que hacerte el tuyo peleando codo a codo”, pero sobretodo, se refirió a ella como una carrera de pasión. “¿Es un trabajo interesante, apasionante?, si es. ¿Es elegante? Cuando la gente nos dice buitres, de pronto lo somos, ¿qué se puede hacer?, he grabado muchos muertos, si eso es ser buitre, pues lo soy”
Habló desde su vida, contó desde sus inicios en un pequeño periódico local donde en un principio sólo podía escribir los pie de fotos que salían en los artículos, luego se le permitió escribir artículos de cien palabras, y así fue <> hasta llegar a ser quien es hoy.

Según Karl, en esa época y en su país, comunicación no era una carrera que se estudia en una universidad como se hace actualmente. Antes, se aprendía el oficio de periodista como la de un mecánico o la de un plumero, con la práctica. Sin embargo, mencionó que no importa de dónde vengas, ni cómo hallas aprendido, sino lo que de verdad has aprendido. Al respecto a lo anterior Karl recomendó a los estudiantes preparación; “Pueden venir de donde sea, pero aprende primero las reglas, lo básico, después si son genios reinventen la rueda. Pero sobretodo recuerden que todos seguimos aprendiendo, siempre hay alguien detrás de la puerta que te puede enseñar algo”.

Ahora, Karl dice que después de veinte años de trabajo ya no sirve para otra cosa, en un principio le gustaba hablar con la gente, contar su historia, entonces “le cogí pasión -dice- le encuentro el gusto al periodismo en cualquier nivel”. Menciona que a pesar de haber estado en medio de la guerra no tiene ningún trauma, pero que al llegar a casa, “ya no es la casa”, habla de que luego de llegar siente la necesidad de partir de nuevo, y de qué la mayoría de sus amigos son personas que están en el medio, “uno se puede perder mucho por la pasión del trabajo”.

El periodista inglés recomendó, que buscaran siempre los valores universales, hacer uso de esos intereses comunes para que las personas se interesen, y luego buscar la mejor manera de presentarla, “uno tiene que mostrar lo que ha aprendido, pero yo también puedo mostrar lo que me dé la gana” , porque si a las personas no les interesa se van a ver una pelicula de acción, la idea es trasportarlos desde el sillón de su casa hasta el lugar de los hechos, hacerlos sentir la noticia”

Karl comentó que se debe hacer uso de las mejores herramientas que tiene el periodista: los ojos y los oídos, “sobre todo en un conflicto, pues observar te permite mantenerte vivo”. Después -según Karl- se hace uso de la tercera herramienta más importante: el cerebro, el mejor software del mundo. Uno debe preguntarse ¿qué estoy viendo? ¿Qué mensaje quiero trasmitir? ¿Necesito mostrar realmente esto?

Será el celebro lo que ayudará a superar la pelea de todos los días: la objetividad. Pues esta no consiste simplemente en darle a las partes una oportunidad de hablar; la objetividad es una lucha diaria para llegar a la verdad. Hace entender que es en este punto donde el cerebro ocupa su más importante papel, cuando nos cuestionamos. Así se puede evitar ser víctima de un engaño o caer en el amarillismo, ¿hay qué mostrar esto? Karl nos dice al respecto que hay que mostrar, hay que polemizar, para mostrar la realidad, “para hacerlos parar en el artículo, pero sin caer en el amarillismo con adjetivos baratos, ni “hacer vomitar al lector”

En cuanto a la guerra, Karl mencionaba que esta tiene un glamur que no se le puede quitar, <>

De igual forma se refería a ella con la frase que recordaba de cierto soldado “La guerra son horas eternas de aburrimiento y unos segundos de locura”, mencionaba que si pensábamos que guerra es el sonido de la bomba y el fusil, estábamos equivocados. “se trata de matar o morir, ¿qué sentido tiene? Yo no maté a esa gente, yo no pagué impuestos para pagar esas balas, ni estoy sentado en mi sofá pensando que el mundo está en equilibrio; tu elegiste a tu gobierno, pagas los impuestos, tu eres parte responsable. En la guerra no es todo justo”.

Pare él la guerra fue difícil, porque vio la muerte de incontables civiles y luego piensa “No estamos haciendo nada”

De la guerra tiene muchas anécdotas, recuerda que poco después de terminar un reportaje con soldados americanos, una bomba enemiga calló y mató a la mayoría de los soldados con quienes había grabado hasta la noche, incluso desde que empezaran los ataques; solo sobrevivieron dos, y ello se acercaron a Karl preguntándole si sabía disparar para que los ayudase a mantener la posición, pero Karl decidió negarse y alejase del lugar “No acepté las armas. Si hubiera querido ser soldado, hubiese sido soldado.


Pero la anécdota que más le impactó ocurrió en Chile, para el inglés, el terremoto en Haití fue tan grande que no le entra en la cabeza, quizás por eso lo que se le quedó grabado en su cabeza fue Chile, sobretodo porque recuerda, que en un manicomio, atendido por monjas, decidieron no salvar de las fuertes olas a los pacientes del piso de abajo, pues según ellas estas personas no podrían hacerlo. Sin embargo, dos locas decidieron no abandonar a sus amigas, y aún con el agua al cuello tiraron puertas y rescataron a varias pacientes. “Demostraron mucha más cordura que nosotros” exclama Karl al evocar esos hechos

Al final el periodista felicitó a los asistentes por su interés en la conferencia, pues se pudo realizar un dialogo público-expositor o más bien, lo que él llamó una conversación entre colegas.

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