2009/08/24

Periodistas de la antigüedad


De pueblo en pueblo, sin cámaras ni grabadoras, llevando sus pocas ropas y un instrumento musical, circulaban los “periodistas” de la antigüedad.

¡Atended todos! se escuchaba entre las tantas voces de la plaza, y de repente, como por arte de magia todo se confunde entre el silencio, y una sola voz aparece, y todo oído se queda encantado cual cobra se adormece por el sonido de la flauta; empieza su relato el juglar.

Recitando de memoria y mezclando en sus actuaciones la declamación y el malabarismo, la música y la sátira, la lírica y las gestas épicas; canta cientos de poemas y trovas escuchados de otros colegas y otros tantos inventados por el mismo, que relatan las épicas historias de grandes personajes, adornados con su toque de elegancia y pasión, de manera que ningún espectador se escapa del reinado de sus voces. Llevaban a cada región que visitaban, la historia o hechos ocurridos en otros lugares; eran los trasmisores de la cultura musical, los periodistas de entonces.

Frecuentemente observamos que en las reuniones costeñas salen a relucir comentarios de los juglares que han impactado en éste o en aquel participante de la reunión; esto termina impresionando tanto, que estimula a indagar sobre la historia de los juglares que influyeron en el Vallenato.

Con el tiempo los juglares han venido desapareciendo, cayendo bajo los brazos del sueño eterno, grandes figuras como Luis Enrique Martínez, cuya presencia, en el barrio samario del “Cundí” aun recuerdan mis padres. “Fue uno de los primeros en dominar el instrumento del acordeón así como digno representante de la música parrandera, del vallenato puro, de las canciones cuya letras son poesías cantadas y donde se narraran episodios de la vida real”… así le recuerda mi padre. Es fácil recordar a éste juglar oriundo de Fonseca (Guajira) por muchas de sus canciones, que a pesar de no contar con la tecnología y los medios de comunicación de hoy en día, y sin utilizar más medio que se popularizaron e inmortalizaron dentro y fuera de nuestra frontera.

No podría dudar que es de esa manera, que géneros musicales como el Vallenato tomaron fuerza y forma en toda la costa colombiana para extenderse luego por casi todos los rincones del mundo entero, arraigándose tanto en nuestra gente y en nuestra cultura, que por su expresión, dicción y por su importancia le ha sido otorgado el título de “Patrimonio Cultural de la humanidad”

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