Esclavos por ambición

Me encontraba yo ay
Con la cabeza baja
Cuando sentí el viento acariciando mi cara
Y mire al horizonte
Vi un bello mundo
Pequeños algodones blancos guindados en el cielo
Y un sol naciente

Entonces vi mi jaula de oro
Y mis cadenas de plata y esmeraldas
Piedras por dondequiera en mi jaula
Y la tristeza escondida entre ellas
En mis alas se notaba la ausencia de la vida en mí
Y sentía entre mis patas
La molestia de los polvos de oro
La comida y el agua que tenía habían perdido el sabor y su matiz

Cuando de pronto
Vi pasar a esa paloma blanca
Y el mundo a mi alrededor estaba claro
Había nacido un nuevo día

Me dio envidia
Al ver a muchos otros haya fuera
Di mil vueltas en mi jaula
Y la puerta estaba abierta
Pero no me atrevía a cruzarla
Podría caer sobre mí
Y dañarme la retirada
En esa jaula estaba perturbado
Tenía temor
Pero me arme de valor
Y solté mis cadenas
Me quite la ambición de tenerlo todo
Y me elevé
Por mis alas volvió a pasar aquel viento
Que todos los días me invitaba
Pero a ese llamado
Yo había rehusado

Y volé

Solo entonces fui verdaderamente feliz
¡Porque era libre!
(Tomado del libro "La Historia de mis momentos tristes" por Ilsa M3)