A medida que
pasa el tiempo la tecnología se vuelve más y más avanzada y las personas tienen
que adaptarse a los cambios que esto conlleva. La educación también debe
formularse para preparar a las personas a lograr con mayor facilidad este
ajuste. Sin embargo, este cambio que debe asumir la educación no debería contemplar
la robotización del hombre. A pesar de esto, autores como Martha C. Nussbaum
señalan que en muchos países la educación se enfoca meramente en la técnica
para generar lucro y descarta las humanidades que son necesarias para mantener
viva a la democracia
Nussbaum
sostiene que un modelo educativo de esas características con el tiempo
terminará creando generaciones de máquinas sumisas humanas, eficientes y
productivas pero incapaces de usar la imaginación, sin criterio, incapaces de
pensar por sí mismos y con un alto desconocimiento de su papel en la sociedad
Si te pones a
pensarlo, no son palabras vanas. Para muchos es un grito de un análisis que
todos nos estamos demorando en hacer. La educación es un poder que determina o influye en la elaboración de nuestro futuro, del desarrollo de
la democracia y de la transcendencia del hombre como ser humano.
Ser humano, ser
íntegro, ser robot, ser eficiente… ¿Qué eliges tu?
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